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por Allan Wallis – @Jonn_Jonzz

¿Pueden creer que la última vez que un gran estudio hizo una película de Drácula fue hace casi 14 años? Así es, la no muy buena “Dracula 2000” (ya saben esa donde el Príncipe de las tinieblas, interpretado por Gerard Butler,  terminaba siendo realmente Judas Iscariote…ah, sí…SPOILERS),en ese intertanto los vampiros han sido utilizados a más no poder, entre “Underworld”, “Twilight”, “True Blood”, “The Vampire Diaries”, “I am Legend” (la versión con Will Smith, por siaca), la saga de “Blade”, incluso “Angel”, y un largo etc. Hemos tenido un vampiro para cada ocasión, y gusto, llegando al punto de una suerte de sobre saturación del mercado, al punto que Drácula pasó a un segundo plano.

Universal, aparentemente inspirada en el golazo de las películas Marvel, tiene la intención de “rebootear” a sus monstruos, y la “Iron Man” de este universo sería “Dracula  Untold”, y se siente el olor a “primera de una (supuesta) saga de películas”, porque ni siquiera es sutil. Tomando eventos históricos no mencionados en las adaptaciones anteriores (como hacer un punto importante en la historia el verdadero “secuestro” que sufrió Vlad III a mano de los turcos, y el efecto que produjo eso en su personalidad), con los ya conocidos, y predecibles aspectos de las películas de acción más estereotipadas esta película es una suerte de mix de sensaciones…resumidas en “MEH”. Luke Evans (Zeus en “Inmortales”, Bardo en “La Desolación de Smaug”) trata en todas sus habilidades de presentarnos un personaje empático…cosa compleja considerando que es uno de los tipos famosos por una crueldad de niveles astronómicos (cosa que la historia moderna disputa, pero eso es para otro momento), Sarah Gadon interpreta a Mirena, la mujer de Vlad, y probablemente una de las cosas que más me molestó de esta cinta…el hecho de que el personaje puede resumirse en “Esposa Fiel” la clásica esposa que comprende todo, cuestiona virtualmente nada, y está ahí sólo para darle una razón al cambio brusco en la motivación del principal, es todo lo que es; todos los esfuerzos que se ponen en darle más dimensión a Vlad quedan cojos al no darle dimensión a nada más.

Una película se determina por sus villanos, y acá también se caen a pedazos Dominic Cooper (Howard Stark en las 2 películas de “Capitán América”) interpreta a Mehmet II (Sultán, y líder de los Otomanos), y francamente no funciona, es algo así como una mezcla de Xerxes, y Bruno Mars, no intimida, no nos hace sentir que es un verdadero rival, más cuando piensas que te estás enfrentando a un tipo con poderes muy superior a los tuyos, en otras palabras Mehmet es malo, porque así lo ordena el guión. El gran foco de talento de esta película es Charles Dance (que si tengo que comenzar a nombrar en que ha trabajado termino en 3 años más, recientemente ha sido más reconocido por ser Tywin Lannister en “Game of Thrones”) que acá interpreta al vampiro original, y es el único momento que uno siente “esta película me atrapó”, el tipo transmite la intensidad, y el miedo que debe exudar de un vampiro.

Las secuencias de acción son erráticas, apuradas, y a veces medio absurdas…te sacan un poco de onda, parece que fuera la cinemática de un videojuego (y ojo, que yo  AMO los videojuegos), no hay impacto, en gran parte porque la acción se siente aguada.

Sin caer en ningún spoiler la cinta termina con la clara intención de una secuela, lo que es pelo pretencioso, pero ya es práctica común, y no vamos a joder más la pita con eso.

Lo que ha hecho a Drácula un personaje tan interesante es justamente la habilidad que tiene de ser adaptado a casi cualquier situación, siendo sinceros la versión literaria de Stoker es una adaptación de múltiples leyendas balcánicas, celtas, y tomar ciertos elementos de novelas anteriores. Drácula nació como un cocktail de influencias, y eso no se siente acá, pero tampoco es una idea original…es mediocre, pero no incomoda… sólo puedo decir “MEH”.

No sé si el plan de rebootear le resultará a Universal, pero si ésta es la base de lo que se viene…hay mucho que corregir.