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por @BrianWallis y @xebatrocas 

Tuvimos que esperar años para que el hombre de acero surcara los cielos cinematográficos nuevamente, solo para encontrarnos que a la mitad del público no le convenciera en absoluto la película. La otra mitad la gozó bastante, aunque sin pedirle mucho más de lo normal. Hey, nosotros mismos disfrutamos el film enormemente (a decir verdad entra el top 10 imaginario de películas de este sub-género de ambos), pero hay que reconocer que la película de Snyder, Goyer y Nolan está lejísimos de ser perfecta, y que tiene pifias cruciales que, sin explicación, pesan demasiado y pueden convertirse en el eje de tanto “hater” actual.

El siguiente es un ejercicio de cómo podemos agregar un par de escenas para mejorar todo el trasfondo de la película; sin borrar nada de lo filmado, sino agregando unos pocos minutos que cierren el film tal como nosotros lo percibimos. No están todos los hoyos, pero sí lo más grandes. Si viste la película, léelos y medítalos: pueden ayudar a aumentar el hype de la inminente segunda parte (¿alguien dijo Luthor & Brianiac?).

Estás advertido, luego de este texto se vienen los más SUCULENTOS SPOILERS.

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1. DEBAJO DE LA BARBA DE JOR-EL NO HAY BARBILLA, HAY OTRO PUÑO.

Una de las fortalezas de los guiones DC de David Goyer (que, no nos hagamos los tontos, usó el mismo “template” que empleara en Batman Begins), es que suele darles a los aliados y secundarios del héroe algo crucial que hacer en sus plots. Pueden no necesariamente tener demasiado tiempo en pantalla, pero durante ese lapso contribuyen de forma proactiva y valiosa a la trama, o prestan una ayuda invaluable al protagonista. Por una cosa de mitología, no se puede ser mucho más proactivo que Jor-El, que es siempre el catalizador de todo lo que viene a continuación. Aún así, aquí no solo le deja conservar su rol como el científico más brillante de su planeta, sino que además lo vuelve un científico-aventurero ULTRA MACHO : Doc Savage, Indiana Jones, el Capitán Futuro, el papá del Profesor Frink y Barbara Blade todo en uno. Monta dragones, salta de barrancos, se zambulle, y probablemente sus lágrimas curarían el cáncer, si es que alguna vez llorara. Cool ¿No? Pues sí, pero por más bacán que sea el tipo, se supone que en esta versión está genéticamente diseñado para ser un científico, mientras que Zod es el non plus ultra de la disciplina marcial. Y ¿Qué pasa al comienzo de Man of Steel? Jor-El surte al militar maestro de forma tupida y pareja. A decir verdad, Zod solo logra asestar el golpe final a su rival porque lo hace de forma maletera. Ya en la Tierra, no le cuesta demasiado dominar sus sentidos una vez que ha sido expuesto a nuestro sol y a nuestra atmósfera, se echa a volar y tiene una inmensa batalla con Superman, demostrándonos que está por sobre la media del kryptoniano normal. Pero durante la secuencia inicial, y sin eufemismos, podemos decir que Zod fue la perra de Jor-El.

¿Cómo haber solucionado esto? Y a riesgo de sobrecargar aún más este film con otra escena de acción, no nos queda otra: Deberíamos haber visto a Zod por lo menos tener un rato sobre las cuerdas a Jor-El. Una patada, un par de puñetazos, un bloqueo, o mmmh, ¿una llavecita de Torquasm-Rao, quizás? (si lo preguntan, no lo estamos inventando… es un arte marcial kryptoniano, googléenlo).

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2. UN NANO SEGUNDO… ¿POR QUÉ TODOS HABLAN INGLÉS?

Hace rato que en el cómic ya desarrollaron todo un idioma kryptonés (o kryptoniano). En el film, de hecho, vemos algunos de esos caracteres en esos computadores cuyos visores parecían pantallas de alfileres. O sea que se deduce que tienen una lengua diferente a la nuestra. Es más, cuando Zod emite su mensaje, lo hace en variados idiomas a través del mundo. Todo bien. Sin embargo, enfrentados a los humanos ¿Por qué todos hablaban inglés tan bien y tan automáticamente? No era por los cascos, porque tanto el de Faora como el de Zod se averían y después siguen hablando perfectamente el idioma. Quizás todos tomaron clases en Open English, y quizás son naturalmente dotados a la hora de aprender lenguajes alienígenas, pero nos hizo algo de ruido. Y luego está el Jor-El computarizado que no solo sabe inglés de una, también conoce la identidad de Lois Lane en el acto (¿Cómo lo supo exactamente? ¿Archivos en la nave de Zod, quizás?). No es de las cosas más graves del film, honestamente. El siguiente punto, por ejemplo es probablemente un ofensor mucho mayor, pero no costaba nada poner a los nativos kryptonianos, comenzando a hablar en un idioma incomprensible, agregar acto seguido un ruidito de estática, y cambiar a inglés después de eso.

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3. SI ESTÁS ALLÁ ARRIBA… ¡SÁLVAME SUPERMAN!

Quizá uno de los factores que causaron más controversia, es la casi nula protección del kryptoniano para los humanos. Obvio, todo lo que hace es por salvar la Tierra, pero en ningún momento se detiene para pensar en los daños colaterales que su batalla con Zod (y cuando escribimos batalla queremos decir CAOS Y FIN DEL MUNDO A LO DRAGON BALL Z), en lo que destruye buena parte de Metrópolis.

Es cierto, este Superman (y vale bien recordarlo) es un novato. Jamás se había enfrentado a nadie con su nivel de poder o ya que estamos, a un villano propiamente tal. Seguramente ese detalle es fundamental para no saber controlar su propia fuerza (siendo que en los cómics pocas veces la libera, solamente con villanos de factura gruesa como Darkseid o Doomsday), pero no hubiese sido nada malo contar con una escena, una sola, en donde Supes hubiese rescatado a alguien de algún edificio, o agarrado algún muro para evitar que caiga sobre inocentes. Se hizo durante la introducción de Clark, cuando se esforzaba por salvar a esa gente del incendio y derrumbe, se podría haber reforzado aquí este punto, en donde hubiera quedado patente que para el azuloso, esto de tratar de salvar a todos, es aún más que una vocación, es prácticamente una compulsión. No hay nada más importante para él, y punto.

Es más, no era siquiera necesario gastar millones en efectos especiales: bastaba con incluir un diálogo (doble ahorra si es en off) en donde Superman hubiera dicho: “Mi visión de rayos X me enseña que la mayoría de los habitantes han sido evacuados”, lo que al menos hubiese mantenido el alma bonachona que algunos aún le exigen al héroe.

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4. EL ORIGEN SECRETO DEL ORIGEN SECRETO

Qué lindo es el final familiar de Man of Steel. Todo emocionante, la mamá de Supes le revela que su padre ya presentía el mesiánico futuro de su hijo adoptivo, y nos entregan una bella postal del pasado en donde un pequeño Clark se pone una capa roja y frente al sol hace una pose heroica. Wait. What. ¿Pose heroica escribimos? ¿De dónde sacó la idea el pequeño Kent de ponerse una capa si no existe Superman? Claro, todos nosotros lo hicimos cuando chicos, pero es justamente porque ya el hombre de acero ya existía. ¿Cómo es que Jonathan Kent supo que eso era inspirador? ¿Quién es el superhéroe original de ese universo, por Rao?

Para cerrar todo más coherentemente, hubiese sido perfecta una pequeña escena en donde al niño Kent se le engancha la toalla en el cuello, sin razón alguna, y que se hubiese puesto a jugar así. De regalo, agregamos otro detallito; le colocamos lentes gruesos al Pa Kent mientras arregla la camioneta, para formar un puente entre este recuerdo y la escena final en el Planet: tal como Jonathan vio el futuro su crío, Clark vislumbró su identidad de humano en el viejo, y ocupará los anteojos del mismo para completar el círculo entre padre e hijo.

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5. EL MUNDO POST-CRISIS

La batalla ha terminado. Kal-El ha acabado con lo último que quedaba de su herencia kryptoniana y con el dolor de su alma, ha terminado por matar a Zod. Joder. Es cierto. Al final sólo parece importarle la familia que salva en ese momento que todos los otros habitantes de la ciudad que destruyó, pero convengamos que el tipo entendía que el General jamás iba a dejar la Tierra en paz. ¿Superman mata? Lo ha hecho, más veces de lo que el eterno fan de la versión fílmica de Donner quiere aceptar. No es su salida habitual, pero cuando las cosas se ponen calientes, Supes se quema.

El verdadero problema es su presencia en el planeta. ¿Quién, de verdad, con dos dedos de frente dejaría a este semidios extraterrestre convivir con él? NADIE. Todo el caos en Metrópolis y el peligro del planeta Tierra es por Superman: a él buscaba Zod y el resto de los colonizadores. Como mencionamos en el punto tres, Supes hizo poco y nada por salvar a la gente de la ciudad… y el diagnóstico es claro: Superman es una amenaza. Para los militares, para los niños, para la gente común. El tipo trae problemas, y peor aún, trae muerte. Pero hey, que eso es tomarlo por el lado real, pero no deja de ser grave.

Por lo mismo, agregaríamos unos segundos casi al final, justo cuando Clark entra en el Daily Planet. Como no sabemos cuánto tiempo pasó entre el final de la pelea y esta escena, que lindo hubiese sido un paneo por un muro del Planet con diversas noticias acerca de Superman: titulares donde muestren al héroe colaborando con la reconstrucción de la ciudad, acompañando a las víctimas del suceso y no sólo eso, sino también ayudando en diferentes partes del mundo: “SUPERMAN DETIENE ALUD EN CHILE”, “KRYPTONIANO EVITA LA CAÍDA DE LA TORRE EIFFEL”, “SUPERHÉROE VUELVE A CONSTRUIR LA UNIVERSIDAD DE METRÓPOLIS”, y varios ejemplos de este tipo. Nos hubiese entregado un sentido de grandeza, de colaboración, más allá de la amenaza que acompaña el tener a nuestro propio hombre de acero en el antejardín del planeta.

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6. …PARTE DE UN UNIVERSO MÁS GRANDE, SOLO QUE TODAVÍA NO LOS SABES.

El último punto es en su mayoría una cosa de fan service, lo reconocemos. A decir verdad, creemos que la película sale favorecida al no convertirse en un largo comercial de otro film que saldrá -supuestamente- en unos años más… pero lo reconocemos igual: nos faltó la escenita final. No necesariamente post-créditos, pero sí una que nos esbozara que ésta es la puerta de entrada a un universo más grande (y no, no nos bastó con el logo de Empresas Wayne sobre el satélite, por si acaso). Ok ¿No valía la pena anunciar algo como la Liga de la Justicia en un escenario en donde Warner, timorato como siempre, no ha decidido exactamente qué quiere hacer con sus superhéroes? Es difícil argumentar contra eso. Anunciemos la llegada de su mayor enemigo, entonces. Verán, lo interesante de esto es que si analizamos el punto anterior, tenemos un escenario en el que por primera vez Lex Luthor, el supremo humanista, tiene razones legítimas para desconfiar de su archienemigo. Es como The Dark Knight, pero a la inversa, a partir de este punto, la situación con este supuesto héroe solo puede ir en escalada. Ya no es una cosa de envidia, o venganza por haberlo dejado pelado, ahora es una cosa de seguridad a nivel planetario. Miren, no decimos que el dolape tenga que salir de una, es mejor que se tomen su tiempo, y lo casteen bien. Hey, lo más probable es que todos esos temas se traten directamente en la secuela. Por ahora, sin embargo, solo tenemos esta película, y nuestras especulaciones.

Volviendo al tema de los agregados mismos, esto podría haberse resuelto, por nombrar algunas ideas, habiendo puesto gente de Lexcorp recogiendo los pedazos de la armadura de Zod para ser investigados (y, quizás, de ahí desprenderse la propia armadura que suele usar Lex si ese es el camino elegido), o partes de la nave derribada; quizás a empleados de Lex hablando de lo molesto que está su jefe; o los militares poniendo en marcha un plan de contigencia contra este dios, llevado a cabo por la empresa de Luthor. Cualquier cosilla con el calvo habría sido suficiente para tenernos felices. ¿No creen?

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BRIAN WALLIS (@BrianWallis) es guionista, lector asiduo de superhéroes y la mente detrás de capas nacionales como El Brujo. Su nuevo personaje, el Padre Anzuelos, será el protagonista de la novela gráfica Anatema, a publicarse este 2013.

 

SEBASTIÁN CASTRO (@xebatrocas) es redactor creativo y guionista, autor de Acceso, Curso Alternativo y Torneo. Además, escribe semanalmente el webcómic de los www.bichosraros.cl y planea, siempre, leer y y escribir un par de historias más.