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por Brian Wallis
@BrianWallis
Es difícil reseñar un film como Iron Man 3. Por un lado, para no revelar las sorpresas de la trama (y las hay, créanme); pero también, por el hecho de que no pretendo ser injusto en mi evaluación.  ¿Qué quiero decir con esto? Que no quiero que se piense que la pasé mal durante la función: Iron Man 3 es una película muy entretenida, con buenos diálogos, acción trepidante y un plot bien armado (en su mayor parte). Pero también es una película bien poco memorable. Onda, saliste del cine y tu cerebro hizo reboot (o reset, mejor… esto es Marvel al fin y al cabo, y en Marvel no hacen reboots). Si Iron Man 2 parecía solo un peldaño en la escalera que nos conduciría a Avengers, ésta se siente como relleno. Lisa y llanamente. Relleno hasta que se estrene Avengers 2, me refiero. Pero uno bueno, que no se entienda mal. Y por lo demás, nada hay de malo con eso. Sin embargo, si están esperando algo sombrío y con gravitas a lo Dark Knight (o incluso a lo Dark Knight Rises), quizás por lo que vieron en el tráiler, me temo que se decepcionarán. Hay semblanzas aquí y allá de querer aspirar a temas más profundos (como la lucha de ideologías entre la occidental y la de las naciones beligerantes producto de la opresión de este hemisferio, por ejemplo), pero se diluyen rápidamente entre tanta escena de acción y situación jocosa. Además, y lo digo ya: Aquellos que están esperando ver algún avance hacia la proverbial fase 2 del Universo Marvel de carne y hueso, me temo que tendrán que seguir esperando, por lo menos hasta Thor 2. Como dije, relleno. Con un twist bizarro-bizarro (y que pondrá incómodo a más de un fan), pero relleno. Que proporciona un cierre (más o menos) satisfactorio (más o menos) al pathos que iniciaría el protagonista en su primer film, pero relleno. Ampliamente superior a Iron Man 2, pero relle… ah, ya se hicieron la idea.

Ok, ¿de qué va la trama? Rápidamente: Luego de los eventos ocurridos durante Avengers, Tony Stark (Robert Downey, Jr.) empieza a sufrir de estrés post-traumático, que se le gatilla intermitentemente (en otras palabras, cuando es conveniente para el plot), y que no le deja dormir. Incapaz de enfrentar lo que le sucede, vierte toda su atención en la construcción y perfeccionamiento de sus armaduras. Todo esto comienza a dañar la relación con Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), quien es abordada por Aldrich Killian (Guy Pearce), el científico fundador del “Brain trust” A.I.M. (o Advanced Idea Mechanics, como los marvelitas sabrán bien), que vuelve con una venganza por haber sido ignorado por Stark en sus años pre-armadura (o sea sus tiempos más pelmazos). Justo en medio de todo esto, aparece el misterioso “Mandarín” (Ben Kingsley), un caudillo de etnia indefinida que parece ocupar elementos y técnicas de todos los pueblos que Estados Unidos ha conseguido enojar, y que comienza a sembrar el terror en ese país. Contar más, sería empezar a espoilear, pero sobra decir que todos esos aspectos van en directo curso de colisión en dirección del cada vez más atribulado Stark.

Y a propósito de Stark, éste es una vez más el show de Robert Downey, Jr. El tipo es ya indistinguible de su personaje (o viceversa, porque originalmente en el cómic, Tony no  era taaaan… a falta de un mejor término, “Downeyjunioresco”), y se come todo el film. Y no es porque las actuaciones sean malas, o algo similar (o sea, nadie descolla, pero nadie te saca de la historia, tampoco). No. Sencillamente es  porque todos los reflectores están dispuestos en su dirección. Esto se acentúa por el hecho de que debe ser la película de Iron Man con la menor cantidad de Stark dentro de una armadura, así que lo que vemos la mayor parte del tiempo es “puro RDJ”. El otro destacado es el director y co-guionista de la cinta, Shane Black (escritor de las Arma Mortal y director de Kiss Kiss Bang Bang), que le imprime su sello personal a Iron Man 3 de tal forma, que realmente parece más una película de acción pura y dura con tintes superheroicos, y no al revés.

Como dije al principio, mi apreciación puede inducir a error a más de alguien. Pero no se equivoquen: Olvidable y todo, esta cinta puede haber sido difícil de reseñar, pero no es nada difícil de disfrutar.